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¿ Un descanso total de 60 o 75 días sería beneficioso ?

Tomarse un descanso regenerativo en sentido estricto puede ser una solución.

En estos tiempos que tocan, quien más quien menos ha llegado a pensar que en 2020 no volverá a competir. Sin embargo, la tónica es que la mayoría de triatletas están agarrándose a cualquier rayo de esperanza encaminando sus entrenamientos a estar lo mejor posible el día D a la hora H.

Frente a esta tendencia, la pregunta de hacer un parón en sentido estricto planea en el aire, de hecho alguno ya ha comenzado. Esta sería una táctica no tan descabellada incluso para triatletas al máximo nivel que se jueguan objetivos profesionales.

El tema es ¿ cuanto tiempo es aconsejable ?, pues recordamos que se trataría de un parón regenerativo total, es decir de los de no hacer nada de nada, hacer los recados andando si cabe.

Aquí puede haber dos lecturas, una si paramos ahora, 15 de agosto y estamos hasta el 1 de noviembre serían dos meses y medio, y si alargamos agosto y paramos en septiembre hasta el 1 de noviembre serían 2 meses. Ninguna de las opciones es descartable al 100%, extraña si, pues normalmente los descansos suelen ser de como mucho un mes y en muchos casos de una semana o 10 días.

Para hacer un parón semejante lo primero que hay que tener en cuenta es la mente, un parón de 2 meses o más, nos puede comer mucho la cabeza, por ello hay que estar mentalizado que lo que se está haciendo es lo correcto y seguir con el plan pese a moemntos de tentaciones. Después hay que controlar el tema nutricional, no se trata de seguir una dieta estricta, sino todo lo contrario, hay que dar libertad a la alimentación, pero con moderación, no se trata de salir del descanso con 20 kg extra, pero no es descabellado salir con 4 o 6 kg más.

Un parón tan largo puede ser muy beneficioso para gente que venga arrastrando lesiones o molestias que no terminan de irse, probablemente acabarían recuperando todo el cuerpo de los castigos del entrenamiento. Volvemenos a insistir en la importancia de la mente en este periodo, ir comiéndote la cabeza a diario con que es demasiado tiempo y que nunca volverás a coger tu forma, al final es perjudicial, si lo haces tienes que estar convencido de que es la mejor decisión.

Otro de los beneficios de 60 o 75 días de parón es el reseteo general de nuestro organismo, no es como partir de cero pues el cuerpo tiene memoria, pero la reconstrucción de nuestras células será importante.

En cuanto a la orientación al parón, hay que tener en cuenta que comenzando por ejemplo el 1 de noviembre hay tiempo más que de sobra incluso como para en abril estar muy en forma, tanto como para afrontar un ironman con garantías.

La segunda fase de este macro parón sería la vuelta a los entrenamientos. Notaremos que estamos totalmente fuera de forma, pero aquí el error es intentar cogerla lo antes posible. Hay que tomárselo con calma, poco a poco, siendo conscientes de nuestros nuevos ritmos y limitaciones, pensar que en dos meses de entrenamientos moderados pero constantes la forma nos subirá muy rápido.

Por ello nuevamente la mente será fundamental, pensar o estar mentalizado de que llegaremos y que con el tiempo nos sentiremos incluso mejor que el parón. No asustarse de los ritmos que llevemos y el esfuerzo que nos supondrán los primeros días.

Es mejor hacer todo por tiempo o kilómetros sin crono, sin mirar los ritmos, pulso y vatios que llevamos o la cantidad de kilómetros que hicimos en un tiempo determinado.

La vuelta a coger la forma en líneas generales varía según la edad, los más jóvenes la cogerán pronto y a partir de 35 en adelante costará más. En cuanto al segmento en el que más perderemos será en la natación, y aquí los nadadores con mejor técnica les costará menos.

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