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La impresionante historia de las trillizas madrileñas

A los 13 años la familia Castelló Blasco está reventando las teorías de entrenamientos a golpe de triunfos.

La historia de los Castelló Blasco refleja el sacrificio y las trabas que muchas familias que viven en poblaciones pequeñas, se encuentran cuando tienen hijos que quieren hacer deporte, no futbol, a nivel competición.

Lucía, Lydia y Sue, tres niñas que en julio cumplirán 13 años, han logrado, pues se puede decir que el logro ha sido de las tres, de su hermano Erik y de sus padres en bloque, un resultado que tendría que ser estudiado en la Facultad de Ciencias del Deporte, demostrando una vez más que la teoría del entrenamiento no es una ciencia exacta. Resumiendo la proeza, han conseguido el Cto de Madrid de Natación en categoría alevín entrenándose solas.

Lydia consiguió la plata en 100 metros espalada y el oro en 200 metros espalda, consiguiendo mínima para el Cto de España y siendo convocada por la Selección Madrileña. Además las tres, junto a su gran amiga y compañera de club, Sara, consiguieron el subcampeonato de Madrid en relevo 4 x 200 con el Club Natación San Blas. También consiguieron otros buenos resultados como una marca de 5.03 en 400 libres de Lucía, pese a salir en la serie mala o 5:08 de Lydia, registros que en la toma de tiempos de la FMTRI disputadas el mismo día, las hubieran colocado en tercera posición, detrás de niñas que les sacan 2 y 6 años.

» Las trillis » como se las conoce en todas las pruebas donde van, están reventando las teorías de los entrenamientos. En 2019 se proclamaron oro, plata y bronce en el Circuito Escolar Madrileño de Triatlon, categoría alevín, sobre 13 pruebas de las que puntuaban las 7 mejores.

Compitiendo en triatlon desde prebenjamín junto a su hermano Erik, un año mayor que ellas, el presidente del Valdemoro Luis Utrera se fijó en los cuatro, y desde siempre han pertenecido al Club Triatlon Villa de Valdemoro.

Se iniciaron en el deporte con 6 años, en la durísima cantera del extinto CN Sierra de Guadarrama, de donde también salió otra triatleta ahora becada en el Centro de Tecnificación de la FMTRI. Era un club Old School donde los haya, del que adquirieron una disciplina militar a la hora de entrenar, nada común en niños tan pequeños.

En 2019 tras un año difícil en el Club de Natación Villalba, como nos comenta su padre David: «Era un club que no cumplía con nuestras expectativas deportivas y con el que teníamos desavenencias con los métodos de entrenamiento y funcionamiento. Así que este verano intentamos formar un club de natación en la Sierra de Madrid, pero nos encontramos con las puertas cerradas de todos los ayuntamientos de la zona, algunos porque no les interesaba potenciar el deporte de competición, otros como Guadarrama o Torrelodones, porque tienen la piscina privatizada y no han podido ayudarnos».

En septiembre, aprovecharon cualquier m2 de agua en las urbanizaciones privadas de Guadarrama para nadar, pues hasta el 1 de octubre no abrían la piscina de San Lorenzo del Escorial, único municipio en apoyarlas, dejándoles nadar en las calles de baño libre, pagando la cuota correspondiente a cualquier bañista empadronado.

Finalmente no les quedó otra que buscar un club lejos de su casa para poder competir en natación, enrolándose en las filas del Club Natación San Blas. Son los entrenadores Mario y David, quienes les mandan y planifican todos los entrenamientos, además de tener un gran trato con los cuatro, han logrado un rendimiento inimaginable.

La rutina de entrenamientos rompe moldes.

Nada más salir del instituto en Alpedrete, comen durante el trayecto, y a las 15h o 15:45 (dependiendo de la hora de salida del instituto) ya están en el agua cumpliendo a rajatabla los entrenamientos que les mandan del CN San Blas, suelen ser de 4000 m diarios. El entreno lo coordina su hermano Erik, algún día puede estar su padre, David, para tomar tiempos en el trabajo de series, incluso alguna vez compartir el entreno con ellos. Solo los jueves su padre las baja a San Blas para que entrenen con el club. Cabe mencionar el esfuerzo de su madre , Mayte, que es la encargada de cuidar la logística de colegios, comidas y que lleguen a tiempo a la piscina.

Todo esto es porque a las 17:00 o 17:15 llegan a la piscina los cursillos y las calles se llenan, siendo imposible nadar en condiciones.

La segunda parte del entrenamiento son los fines de semana

Desde agosto se pueden contar con los dedos de una mano el fin de semana que no hayan competido, prácticamente con podios o triunfos en el 90% de las competiciones. Lo hacen disfrutando en familia, pues el padre también compite y la madre y la abuela van a verlas; carreras populares, crosses, carreras sociales de ciclismo… y el día que no compiten, hacen bici, transiciones o corren.

Este fin de semana sin ir más lejos, han disputado el Cto de Madrid de Natación Alevín el sábado y el domingo, pero además el viernes corrieron la Final de Cross del ADS sobre 2,5 km, competición en la que corren los mejores niños de cada municipio de los pueblos de la Sierra de Madrid, quedando 1ª, 2ª y 4ª, aparte del 6º puesto de Erik, quien acababa de salir de una fisura de clavícula.

De momento no están inscritas en el Duatlon de Rivas, la prueba de apertura del Circuito Escolar de Triatlon. Este año en triatlon son infantiles de 1º y su hermano infantil de 2º y correrán algunas pruebas de triatlon y duatlon del circuito.

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