Vacaciones con familia involucrada en los entrenamientos.

Muchas veces las vacaciones se convierten en un muro para poder entrenar, muchos compromisos familiares te impiden ejecutar tu planificación como debías hacerlo. Este año pude encontrar la fórmula para que mis entrenamientos no se resintieran, involucramos a los familiares en nuestros quehaceres cotidianos.

Aquí os dejo un breve relato:

Estas vacaciones mi pareja y yo las hemos pasado visitando a sendas familias, de Extremadura a Asturias pasando por Galicia. En cada estancia hemos disfrutado de los paisajes de la zona y hemos compartido entrenamientos con los familiares más intrépidos.

En una ocasión, llevamos a mi cuñado a un trail de montaña en el que conseguimos, con algún que otro resoplido por su parte, que llevara durante 12km de trail de montaña su media más alta conseguida en plano. El ir acompañado le ha hecho ver su amplio margen de mejora en la carrera aunque durante el entrenamiento se acordara de nuestros ancestros.

En otra ocasión fue Pablo, el tío de Jaime de 63 años (3h02´en maratón este año) el que nos forzó a seguir un ritmo que no esperábamos. Acostumbrados nosotros a cómodos rodajes de 4´30/20”, tío Pablo vino con ganas y nos puso tras el primer mil de cortesía a 4´, una intensidad que una vez lanzados había que aguantar cayese quien cayese. Y así llegamos, a cuentagotas  y resoplando, ansiando saborear una cocacola bien fría.

Este rodaje fuera de punto ya lo esperaba pues conozco como se las gasta tío Pablo, lo que no tengo claro es cómo será la salida de mañana con Luis, el primo de Jaime, seguramente una emboscada más encubierta por risas y pícaros esprines en los que nadie querrá quedarse atrás.

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